4

Click here to load reader

compartirencristo.files.wordpress.com€¦  · Web viewEstudios: A. DUVAL, Quelques idées du bienheureux Jean d'Avila sur le ministère pastoral et la formation du clergé: Supl

  • Upload
    vucong

  • View
    212

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: compartirencristo.files.wordpress.com€¦  · Web viewEstudios: A. DUVAL, Quelques idées du bienheureux Jean d'Avila sur le ministère pastoral et la formation du clergé: Supl

FORMACIÓN:

Formación cristiana integral

Los temas que atañen a la formación se relacionan con los colegios y Seminarios que fundó el Maestro Ávila, así como con su pedagogía catequística y su modo de predicar y de exponer los temas cristianos (sermones, pláticas, comentarios). La formación personal del Maestro aparece en su teología, su biblioteca y los libros o lecturas que recomendaba desde su propia experiencia.

La formación a que apunta el Maestro Ávila es integral, a partir de los conocimientos de las ciencias y de la literatura, para pasar a la capacidad de servir y de colaborar en la sociedad civil y en la Iglesia. Pero el enfoque es eminentemente cristiano, en cuanto que, respetando el objetivo científico, no muestra dicotomía, sino armonía con el tema de Dios y de la revelación cristiana.

Recomienda, pues, una buena formación desde la infancia, "por ser aquella edad el fundamento de toda la vida" (Carta 11, 1152ss). Toda formación debe apuntar a "buenas costumbres" (ibídem). Los dos pilares en que se apoya son la escuela y la familia (cfr. Ser 46, 592ss). Pero siempre habrá que dar el enfoque catequístico, ya desde la infancia y juventud, ofreciendo "alguna lección de doctrina sagrada y piadosa" (Trento II, n.88, 3315ss; cfr. Toledo I, n.48).

Formación peculiar para laicos, religiosos y sacerdotes

El Maestro propone la educación más cuidadosa y "reformada" respecto a los laicos, a modo de "seminario de ellos todos" (Toledo I, n.47, 1630s). En las "Advertencias al concilio de Toledo" pide esta formación de "los laicos, para poderse reformar en sus costumbres" (ibídem, 1628s), instando a aplicar las normas del concilio tridentino (cap. 4 de la ses. 24). Sugiere selección y formación de maestros en todos niveles, así como las publicaciones adecuadas (cfr. ibídem, nn. 48-52).

Le preocupaba enormemente la formación de las personas consagradas, debido a las deficiencias de la época. Su gran amor por esa vida aparece en casi todos sus escritos. Precisamente por esto, puede aconsejar mayor selección y mejor formación. A San Juan de Dios le recomienda esa cuidadosa selección: "Y los que viéredes que son chismosos, no los consintáis en vuestra compañía, que son para disfamar el Hospital... porque veces hay que, por no hacer enojo a uno, echáis a perder a muchos" (Carta 141, 45ss).

Especialmente se preocupa por los monasterios de clausura, pidiendo al concilio de Trento que se atienda mejor a la predicación en esos monasterios: "Muchos monasterios de monjas hay que se les pasa casi todo el año que no oyen sermón por no tener dineros que dar al predicador... Mírese mujeres muchas juntas, y descontentas, y sin doctrina qué harán; y póngase en ello remedio" (Trento II, n. 96, 3681ss).

La gran preocupación de Juan de Ávila es especialmente por la formación sacerdotal. En esa formación volcó lo mejor de su existencia, suscitando el grupo del discípulos que podían llamarse su escuela sacerdotal, creando Seminarios, organizando la universidad de Baeza (especialmente los formadores), trazando pistas de formación intelectual, espiritual, pastoral e incluso (según nuestra terminología actual) delineando una formación permanente

Page 2: compartirencristo.files.wordpress.com€¦  · Web viewEstudios: A. DUVAL, Quelques idées du bienheureux Jean d'Avila sur le ministère pastoral et la formation du clergé: Supl

del clero y organizando residencias sacerdotales.

Formación sacerdotal permanente

Ya desde antes de ordenarse, los candidatos al sacerdocio debían tener el hábito de estudio. Le daba mucha pena la falta de "ciencia" en los "ministros" (cfr. Tratado sobre el sacerdocio, n. 42, 1504ss). No basta con formar buenos sacerdotes (por medio de los Seminarios), sino que debe cuidarse una formación continuada de los ya ordenados, "cuya ignorancia es mucho de llorar" (Toledo I, n.44, 1521).

Para esta formación intelectual permanente, el Maestro aconseja que tengan libros sobre la Sagrada Escritura, los Santos Padres, la doctrina moral, etc., y añade: "Que tengan los dichos libros y estudien en ellos, pues, sin esto, todo es perdido" (Trento II, n. 71, 2907ss). Especialmente recomienda lecciones de moral y de Escritura (cfr. Toledo I, nn.44-46).

Entre los libros que recomienda para sus discípulos, destacan los comentarios bíblicos, patrísticos, espirituales y morales. Hemos vistos esta lista bibliográfica al hablar de su biblioteca. Se pueden encontrar citados en la plática 3ª y en algunas cartas (nn. 1, 4, 146, 225).

En carta a Don Pedro Guerrero, arzobispo de Granada, además de dar algunas orientaciones para el Seminario, señala unas directrices para la formación continuada de los ya sacerdotes: "Que se dé orden cómo en los pueblos haya lección para los clérigos, así para saber lo que conviene saber para sí y para otros, como para estar bien ocupados". Y no deja de recordar "la obligación de los obispos así en predicar, como en hacer pláticas a sus clérigos" (Carta 244, 19ss). Las lecciones bíblicas que el mismo Maestro Ávila predicó en Écija y en Córdoba, tenían este mismo objetivo.

En el terreno práctico, además de las lecciones bíblicas y de moral cristiana, el Maestro proponía organizar residencias sacerdotales (cfr. Carta 233 y Toledo II, n.80) y elaborar un catecismo más completo que el general ("en latín"), dirigido especialmente a la formación continuada de los ya sacerdotes: "Debíase mandar que éste (catecismo) le tuviesen todos los curas y los predicadores y con efecto leyesen en él" (Trento II, n.63).

Respecto a la formación inicial en los Seminarios, nos remitimos al estudio peculiar sobre el tema. Juan de Ávila ha sido un pionero en este campo, tanto en las orientaciones doctrinales, como en la organización práctica. Pero la formación peculiar que él propugna, es la de una renovación evangélica, al estilo de los Apóstoles. Además de indicar la necesidad de formadores adecuados, y de indicar las pistas de los diversos niveles de formación (espiritual, intelectual, pastoral), propone que sea el obispo el primer responsable de esta formación de sus sacerdotes. Los "Memoriales al concilio de Trento" y las "Advertencias al concilio de Toledo", son un lugar obligado de referencia para constatar esos programas de formación sacerdotal.

Estudios: A. DUVAL, Quelques idées du bienheureux Jean d'Avila sur le ministère pastoral et la formation du clergé: Supl. Vie Espirituelle n.6 (août 1948) 121-153; J. ESQUERDA BIFET, Criterios de selección y formación clerical en el Bto. Maestro Juan de Ávila: Seminarios 7 (1961) 25-45; Idem, Juan de Avila como formador de sacerdotes, en: Signos de Dios Padre (Madrid, EDICE, 2000) 83-106; A. De La FUENTE, El Beato Maestro Ávila y los seminarios tridentinos: Maestro Ávila 1 (1946) 153-171; T. HERRERO, El Beato Maestro Juan de Ávila y la formación bíblica del sacerdote católico: Archivo Teológico Granadino 18 (1955) 133-163; A. LLIN CHÁFER, San Juan de Ávila y su preparación al sacerdocio: Revista Agustiniana 48

Page 3: compartirencristo.files.wordpress.com€¦  · Web viewEstudios: A. DUVAL, Quelques idées du bienheureux Jean d'Avila sur le ministère pastoral et la formation du clergé: Supl

(2007) 279-305; F. MARTÍN HERNÁNDEZ, Los seminarios españoles. Historia y pedagogía (1563-1700) (Salamanca 1964); R. VAZQUEZ FREIRE, La formación del sacerdote según San Juan de Avila. Actualidad de la doctrina contenida en los Tratados de reforma (Romae, Pont. Univ. Gregoriana, 2003) (Diss. ad Licentiam).