Historia de La Persuasion

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    REVISTA ELECTRNICA DE ESTUDIOS FILOLGICOS

    NO TOCAR, PERO Y SI TOCA?

    COMENTARIO SOCIOLINGSTICO DEL RECLAMO COMERCIALDE LOS VENDEDORES DE CUPONESMara del Mar Gmez Cervantes

    (Universidad de Murcia)

    0. INTRODUCCIN.1 NIVEL SUPERESTRUCTURAL

    1.1 LA REGIN DE MURCIA.1.2 FICHA TCNICA.1.3 TRANSCRIPCIN.

    1.3.1 LA PERSUASIN.1.3.2 HISTORIA DE LA PERSUASIN: NACIMIENTO Y VALORACIN.1.3.3 LA PERSUASIN ES COSA DE DOS.

    1. QUIERES SER UN COMUNICADOR EFICAZ?2. NIVEL MACROESTRUCTURAL. EL CAMPO DE DISCURSO.3. NIVEL MICROESTRUCTURAL.4. CONCLUSIN.5. BIBLIOGRAFA.

    0. INTRODUCCINEl planteamiento del que partimos para llevar a cabo este estudio va asurgir de una pretensin bsica y fundamental y que, sin duda, supone la rupturade la estrechez de mira que, hasta el momento, se ha mantenido en cuanto a lasexplicaciones lingsticas que se han llevado a cabo, as como de los anlisistextuales que eran elaborados, como productos de aquellas. De esta manera, ladireccin que va a seguir este comentario no va a obviar planteamientossociolingsticos que tienen en cuenta los aspectos sociales y psicosociales dellenguaje y el habla. Por lo tanto, mi sistema de anlisis va a ir encauzado por losrales del habla que, como actividad que supone la actuacin, estar referida a un

    oyente, en tanto que actividad social regulada por normas y en determinadoscontextos y situaciones.As, se produce una conjugacin, de constante y mutua relacin, entre la

    actuacin y la repercusin social que caracteriza al hablante y, de esta forma,podemos hablar de una actuacin social, que es el verdadero producto de nuestrascomunicaciones cotidianas y que se deriva a partir de categoras sociolgicassubyacentes, en tanto que resultado de la competencia lingstica y de la actuacinsociolgica. Con tal cometido, mi anlisis va a pretender, ante todo, abordarcuestiones, antes relegadas a otros mbitos por no ser consideradas propiamente

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    lingsticas, como: la situacin, la intencin del hablante, la percepcin deloyente, la repercusin del contexto, las estrategias de las que se vale el productordel discurso... que son, como veremos, de orden pragmtico, sin olvidar losplanteamientos tradicionales, siempre latentes a lo largo de todo el anlisis y a losque dedicaremos tambin su espacio pertinente aunque, quizs, visualizndolosdesde un punto de vista diferente, un punto de vista que trasvase lo estricta yrigurosamente sistemtico.

    Reproduzco, pues, el esquema central del que parte este planteamiento y

    que tomo de Jos Mara Jimnez Cano cuyos planteamientos, de talantesociolingsticos, han conformado el pilar fundamental de este trabajo[1]. Enconcreto, este esquema aparece en el captulo Criterios definitivos y orientacionesestables. Una apuesta de la obra a la que hacemos mencin en la nota a pie depgina, y que supone esta sistematizacin:

    Base comunicativa/semitica

    categora procesos

    Definicin de las unidadesAs, tendremos en cuenta tambin el planteamiento que, con respecto al

    comentario lingstico de textos orales han sido expuestos por autores como LuisCorts Rodrguez y Antonio- M. Ban Hernndez en Comentario de textosorales.Teora y prctica (La tertulia) Edit Arco/ Libros, S.L.Madrid, 1997. En cuyocaptulo se da la ejemplificacin prctica de una previa aportacin terica y en

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    donde se indica una divisin por niveles, que hemos mantenido en la exposicin deeste trabajo, del siguiente modo:

    - Nivel superestructural- Nivel macroestructural- Nivel microestructuralCorrespondindose cada uno de estos con, en primer lugar: la forma

    global del gnero discursivo y los factores contextuales; el nivel que hemosindicado en segundo lugar, se correspondera con el comentario temtico y

    argumentativo del texto y, por ltimo, y en correspondencia con el tercer nivelindicado, se tratar de la segmentacin, combinacin y anlisis de los distintosplanos comprendidos en el enunciado, es decir, trataremos los aspectoslingsticos de diversa consideracin.

    Parece adecuado, pues, este planteamiento que podra ilustrarse con unaserie de esferas concntricas cuyo centro es el texto en cuestin y cuyosplanteamientos se enfocan de un modo ms o menos distanciados, desde el puntode vista estrictamente lingstico, con respecto a aquel.

    Otro referente bsico en este trabajo ser la obra de don Antonio Briz.Grupo Val. Es. Co que tiene por ttulo Cmo se comenta un texto coloquial? Edit

    Ariel Practicum, Barcelona, 2000, en el que, fundamentalmente, nos vamos acentrar en las normas de transcripcin, en la ficha tcnica que describe lagrabacin, objeto de nuestro anlisis, y, que se constituir como fuenteimprescindible para el tratamiento de muchos aspectos de carcter pragmtico,contenidos en este estudio.

    Como cabe deducir, estas dos obras que acabamos de mencionar siguenesa lnea que he planteado al inicio de esta introduccin, en tanto en cuanto llevana cabo sus planteamientos a partir de un estudio orientado a los textos coloquiales,atendiendo a un nivel que supera lo estrictamente sistemtico y que no descuidaaspectos como los referidos con anterioridad.

    Por ltimo, quiero sealar que, dentro de los planteamientos que hedispuesto y, teniendo en cuenta la finalidad a la que quiero incardinar micomentario, a lo largo de este trabajo, apoyar mis tesis en otras teoras quesugieren un punto de vista afn al que aqu me propongo mostrar, tales como: losplanteamientos de Van Dijk, sobre todo orientados a su propuesta acerca de laestructura profunda del texto, las tesis mantenidas por la lingstica cognitiva, entanto que trata el conocimiento del ser humano en base a una teora de prototipos,o las consideraciones que, en esta lnea, sostiene don Estanislao Ramn Trives, ascomo el concepto de poliacroasis de don Toms Albadalejo Mayordomo. Noobstante, y a pesar de que este bosquejo no sea muy riguroso, a lo largo de estetrabajo y en sus lugares correspondientes, se dejar ver qu planteamientos, decada uno de estos representantes de la lingstica, son los que me han interesado,del mismo modo que tambin se especificar los ttulos que, de estos autores, hansido consultados.

    1. NIVEL SUPERESTRUCTURAL

    Para comenzar, y en tanto que el nivel mencionado tiene en cuenta,

    principalmente, el elemento contextual del texto, me gustara hacer explcitas

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    algunas cuestiones que caracterizan y determinan nuestro entorno geogrfico, entanto en cuanto creo que son decisivas en lo que a la expresin lingstica serefiere. Se tratar de ofrecer unos datos que mostrarn, atendiendo a los que msnos interesa, la predominante actividad agrcola de nuestra zona, la cuestin de lainmigracin y la situacin lingstica.

    1.1 LA REGIN DE MURCIA

    La Comunidad Autnoma de Murcia est situada en el sureste de laPennsula Ibrica. Ocupa una superficie total de 11.314 Km, lo que representa el2,2 % del territorio nacional. Ubicada en el pleno Arco del Mediterrneo, limita aleste con la provincia de Alicante; al oeste con Granada y Almera; al norte conAlbacete y al sur con el Mar Mediterrneo.

    El comportamiento de la economa regional, desde mediados de losochenta ha permitido que la Regin creciera ligeramente por encima de laeconoma nacional en el perodo 1986-1997. La estructura econmica de la Reginse caracteriza por un sector agrario ms importante que en el entorno nacionaljunto a una menor terciarizacin de la economa. Con respecto al mercado detrabajo, es necesario aludir al fuerte ritmo de crecimiento de la poblacin y a las

    consecuencias que supone tal, puesto que se ha producido un incremento que hallevado a multiplicar por cuatro el producto dentro del entorno nacional y duplicarel de la Unin Europea en los ltimos aos. El empleo, cada vez, est creciendoms rpidamente que en el conjunto de Espaa y el paro se reduce en mayormagnitud.

    Atendiendo a las cuestiones culturales y lingsticas, que, en definitiva,son las que ms nos interesa, tenemos que tener en cuenta cuestiones de granactualidad como la inmigracin, en tanto que los extranjeros que se encuentran en

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    la zona mediterr neo-levantina y, concretamente en nuestra Regi n, alcanzan unatasa, en cuanto al total de la poblacin existente, de las ms elevadas de nuestropas y que suponen la presencia de colectivos de diversas procedencias:Marruecos, Per, Repblica Dominicana y Ecuador, fundamentalmente.

    Con respecto a la situacin lingstica en la Regin de Murcia hay quedecir que, si desde el punto de vista diacrnico podemos utilizar el trminodialecto murciano, para designar una situacin histrica delimitada cronolgica ygeogrficamente, y forjada paulatinamente con la aleacin e incorporacin de

    distintos cdigos y normas lingsticas, tales como el rabe, mozrabe, aragons,cataln-valenciano y andaluz sobre una base inicial castellana, bien es cierto quedesde un punto de vista sincrnico la situacin lingstica actual no nos facultapara seguir empleando dicha denominacin. Se recurre, por ello, a la nocin dehabla regional en su acepcin de vestigios que queda de un antiguo dialecto, ya endesuso, una vez que han actuado sobre l los diferentes procesos deregularizacin, normalizacin y sistematizacin sufridos por el idioma, o lenguageneral, de la que depende.

    Como muy bien adverta J. Muoz Garrigs, desde una perspectivaextralingstica, cabra apuntar el hecho de que se trata de una regin natural muy

    fuertemente comarcalizada, habiendo servido como ncleo aglutinador de las sietesubzonas en las que, lingsticamente, se divide nuestra regin, su reciapersonalidad histrica, social y cultural de algunas ciudades.[2]

    1.2 FICHA TCNICARealizada una contextualizacin general, pasaremos a tener en

    cuenta el ejemplo que nos ocupa en tanto que manifestacin lingsticaanclada en tal entorno y que nos llevar a, previamente, hacer unminuciosa anclaje de esta de modo que no se pueda escapar ningn datoque, de algn modo, contribuya en dicha manifestacin lingstica.

    -INVESTIGADOR:Mara del Mar Gmez Cervantes.DATOS IDENTIFICADORES DE LA GRABACIN: -FECHA DE LA GRABACIN:12 de Febrero de 2004. Jueves. Diez y

    media de la maana.-TIEMPO DE LA GRABACIN: tres minutos y treinta segundos.

    -LUGAR:En Murcia, ciudad, concretamente, en la puerta del edificiode Jefatura Provincial de trfico.

    SITUACIN COMUNICATIVA:-TEMA:La venta de cupones para esa misma noche.

    -PROPSITO O TENOR FUNCIONAL PREDOMINANTE: Interpersonal(monlogo). TONO: informal; MODO o CANAL: oral.

    TIPO DE DISCURSO: Monlogo persuasivo.TCNICA DE GRABACIN: Captacin de unos instantes del monlogo

    persuasivo para la venta de cupones. El observador no es participante en tanto que

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    s e s o ns a a em sor a que con n e con su ex or ac n comerc a y que ac econ la naturalidad a la que, hasta el momento haba correspondido. No se tratar,pues, de una grabacin secreta si bien, hay que precisar que la emisora nocambia, para nada, con la interpelacin, oral, que habra llevado a cabo hasta elmomento. Con este ltimo dato quisiera sealar que, aunque la seora que nosofrece la grabacin es consciente de tal, no se le insta a que se correspondan suspalabras con un tema impuesto o expresamente establecido, sino que esta semantiene en la mecnica oral que habra llevado hasta el momento.

    DESCRIPCIN DE LOS PARTICIPANTES: -NMERO: 1 sola emisora. Activa. - SEXO: mujer. - EDAD: Segn lo que ella precis: 52 aos. -NIVEL DE ESTUDIOS: La seora nos inform acerca de los

    estudios que habra llevado a cabo en los siguientes trminos: tres veces decursillos pero ahora mi(h)mo[3] no s de lo que son.

    -PROFESIN:Venta de cupones.

    - RESIDENCIA O DOMICILIO HABITUAL:En Murcia.-NIVEL SOCIOCULTURAL: Bajo. Este dato se trata de unavaloracin personal puesto que, a pesar de que no ha sido, explcitamente,obtenido por parte de la emisora, podemos deducirlo por otros datos externos alos que se le suman los datos lingsticos como datos no menos orientadores.

    -LENGUA HABITUAL: el castellano en su variedad meridional enesta zona geogrfica: el murciano.

    -GRADO DE PROTOPICIDAD COLOQUIAL: Se trata de unaconversacin coloquial prototpica.

    As, si hasta el momento he seguido las pautas que propuestas por

    Antonio Briz[4] me parece oportuno destacar algunos aspectos que estn enconsonancia con la contextualizacin del texto, y que han sido establecidos porJos Mara Jimnez Cano[5] y a los que responde este enunciado del siguientemodo:

    En primer lugar, hay que atender al contexto geogrfico, de manera quehemos de aludir a un predominio monolingstico, dentro de nuestra comunidad,lugar en donde se sita la produccin del texto, tratndose, adems, de unacomunidad uniestatal.

    El mbito en el que se desarrolla el texto en cuestin es de tipo urbano,centro de Murcia, lo cual, en este caso, no va a ser condicionante para un empleo

    del lenguaje ms cuidado, tal y como cabra esperar.Siguiendo, pues, la caracterizacin de la variedad lectal a la que nos

    estamos refiriendo, y dentro del apartado de las variedades intralingsticas,habremos de referirnos al sociolecto empleado en tanto en cuanto consideramoscomo tal al lenguaje de grupo, es decir, al uso del sistema lingsticosupraindividual, en tanto que lengua de carcter convencional caracterstico de ungrupo de individuos de una comunidad lingstica. En este caso, podramos hablarde una variedad lingstica que estara situada entre la de tipo mesoestndar y,

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    qu z s, a var e a su es n ar, me re ero a uso e voca vo ac o con e quese apela a los receptores masculinos, y que, considero, aparece como rasgo de unuso de la lengua un tanto vulgar.

    En cuanto a la consideracin cronolectal es pertinente aadir que se tratade un uso de la lengua, el que aparece empleado por la vendedora de nuestrofragmento discursivo, que no puede llamarnos la atencin por su desfase temporal,sino que se muestra un uso de trminos que nos son reconocidos por su utilizacincotidiana, usual, incluso predominante hoy da.

    Si por sexolecto entendemos la determinacin en el empleo de la lenguapor medio del sexo al que pertenece el hablante, considero que no podemosdestacar que, en el caso que nos ocupa, existan rasgos que sean decisivos en tantoque manifestaciones del sexo femenino, sexo de nuestra productora del texto, sibien quizs este condicione la continua apelacin a la nena, pero, no obstante,hay que tener en cuenta, tal y como hemos anotado con anterioridad que, altratarse de un jueves, da en el que se celebra la venta del mercado en lasproximidades en las que se ha producido este texto, y la continua asistencia adicho lugar, sobre todo, por mujeres justifica esa apelacin a la mujer, de unmodo genrico, que muestra cercana y, en cierto modo, tiene sentido afectivo.[6]

    La raza de esta vendedora era, perceptiblemente, la gitana, aunque, tal ycomo ella me manifest, a pesar de que no conste en la grabacin, se haba criadotoda su vida en Murcia y, de este modo no hay ningn tipo de rasgos o varianteslingsticas que pudiesen denotar diferencias con respecto a nuestro empleo,cotidiano, de la lengua.

    No es apreciable, tampoco, ninguna influencia, por parte de otras lenguas,dentro de este texto ni nada que nos pueda hacer pensar en contaminacioneslingsticas o variedades interlingsticas.

    Con respecto a las llamadas variedades transitorias, en tanto quevariantes segn determinados elementos contextuales, hay que hablar de que setrata de un dominio de tipo pblico, a pesar de su carcter vulgar, ya que vadirigido a todos los receptores que se sitan en un entorno prximo, delimitado porla capacidad perceptiva de la voz y, en tanto que permita distinguir lo que se dice,sin llevar a cabo distinciones sobre la condicin social a la que pertenezcan dichosoyentes aunque, bien es verdad que, sobre todo, se refiere a trabajadores.Tenemos que tener en cuenta, aparte de la mencionada situacin de la celebracindel mercado, que la seora, instalada en la puerta del edificio de JefaturaProvincial de Trfico, lugar de continuo flujo social, insta, prioritariamente, a lostrabajadores o personas pertenecientes a la clase media que son los que msfrecuentan, sin duda, esta concurrida zona.

    Con respecto al tono personal de este texto, habra que considerar que,

    en el eje que a tal respecto podra tenerse en cuenta, en cuyos extremos estaransituados los tonos: formal e informal, este discurso oral quedara situado en unpunto ms bien inclinado hacia el extremo de la informalidad. El empleo de unlxico general, cotidiano y sin una cuidada conciencia esttica dar lugar a que seusen trminos como: nena, (frente a, por ejemplo: chica, seora,seorita...), llevo (en lugar de porto, traigo...), acho (sustituible porchico, seor, caballero...), venga(porapresrate, date prisa...). Asmismo, y como ejemplo bastante ilustrativo con respecto al carcter informal del

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    8A : de hoy?///9Venga que me queda la e(h)caleraa / nena(h) pa hoy///10Er premio pa e(h)ta nocheee///11Llevo er pavico y er perroo///llevo gallegoo(h)///12 (Muc)ACHO/ llevarse la suerte pa hoy!///

    Se trata, como vemos, de un texto oral y, en tanto que natural, es

    momentneo, adecuado a la percepcin auditiva, por su condicin lineal, que yasera apreciada por Saussure cuando tendra en cuenta la caracterstica de lalinealidad del signo lingstico, y, as mismo, responde a la condicin deespontnea y en forma de monlogo; un monlogo un tanto especial, en lorespectivo a la finalidad a la que apunta: la persuasin. Pero, adems, hay quesealar que va acompaada, dicha expresin oral, por otro tipo de expresinmaterial que, al igual que la anterior, tambin es momentnea y que es la gestual,tan importante como la anterior en tanto en cuanto acompaa a las explicacionesverbales, complementando la informacin dada por aquellas.

    1.4. LA PERSUASIN.1.4. 1 HISTORIA DE LA PERSUASIN. NACIMIENTO Y VALORACINEl tema de la persuasin tiene una larga tradicin y, como sabemos, hoy

    se ha convertido en un objeto de estudio con un grado importante deinstitucionalizacin. No obstante, ya en la Antigedad griega estuvo presente comoun mbito significativo de la reflexin filosfica y, consecuentemente, ha sidomotivo de una rica bibliografa.

    Yo considero que la persuasin es un fenmeno social de carcter habitualy permanente en todas las pocas, aunque, bien es verdad que, en cada una de laspocas, la expresin de tal fenmeno ha aparecido revestido de diferentes formas

    y en grados variables de intensidad, pero, siempre, unida a la interaccin y a lacomunicacin, por lo que su estudio de modo alguno puede separarla de lasdeterminaciones sociales que posee.

    Vamos a realizar un breve repaso por la tradicin histrica de esteempleo del lenguaje en su dimensin ms socializadora. As, hemos de comenzaraludiendo a la Retrica puesto que bajo tal forma, la persuasin fue motivo depreocupacin en la Antigedad. Nacida probablemente en Sicilia, la Retrica se hamostrado como un captulo esencial en Atenas en un perodo que cubre parte delos siglos V y IV antes de Cristo. Segn la definicin clsica, Retrica es el arte dehablar bien y convincentemente, es decir, para los griegos consista en la techn

    del buen decir, de encantar y seducir a los auditores. La Retrica es, por lo tanto,el instrumento que hace posible la persuasin. Hablamos, pues, del arte de lapersuasin teniendo en cuenta que la palabra arte, en griego se designaba comotechn, esto es, una capacidad que surge como el producto de la aplicacin de unsaber , y no de un inexplicado talento. Se trata, por tanto, de una prctica basadaen determinados conocimientos.

    Al respecto, el alemn Werner Jaeger nos dice: Dicha palabra trata deexpresar que estas labores prcticas o estas actividades profesionales no

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    ,seguros[9].

    Aristteles defini la Retrica como la facultad de considerar,teorticamente, los medios posibles de persuadir o de prestar verosimilitud acualquier asunto. De este modo, podemos ver que lo que ms importa en cuanto ala consideracin de tal medio, son las palabras y los discursos, siendo, pues, esees el objetivo de su expresin, no el conocimiento ni el hallazgo de algunasverdades, sino el dominio prctico de ciertas tcnicas orientadas al logro de una

    comunicacin persuasiva. La Retrica es, en definitiva, la persuasin a travs deldiscurso.As, este arte se instal y se divulg en Grecia teniendo un momento

    privilegiado en Atenas en tanto que los llamados sofistas cuya designacin, conla intervencin principalmente de Platn, en alguna medida de Jenafonte y, msadelante, de Aristteles, lleg a ser una categora infamante, asociada a unaespecie de comercio de apariencias, comenzaron a ser sus principales impulsores.Hegel asegurar, por su parte, que los sofistas son: principalmente, maestros dela elocuencia.[10]

    La Retrica se convertira as, no slo en una materia ms de estudio,sino la ms importante, sin duda. El propio Gorgias, considerado por algunos comoel padre del arte de la sofstica, sostiene que, en el discurso, es en donde resideun gran poder, dado que con l podemos realizar las obras ms divinas por mediode la palabra, que es su elemento ms pequeo. Reproduciremos unas palabrasque, al respecto, considero muy oportunas y que pertenecen a su Elogio a Helena:

    ...el encantamiento inspirado en las palabras puede provocar el placer y

    evitar el dolor, pues su fuerza unida con el sentimiento del alma, mitiga, persuadey enajena por medio de la magia. El poder del discurso sobre la constitucin delalma puede ser comparado con el efecto de las drogas sobre el estadocorporal[11].

    Por lo tanto, y segn lo dicho hasta el momento, cabe suponer que, en

    Grecia, manejar bien el idioma, hacer sutiles distinciones, razonar con propiedad yelaborar y pronunciar hermosos discursos, pasara a ser una parte importante delapaideia griega, teniendo muy presente los griegos que ningn trabajo intelectualse puede realizar sin el concurso de la palabra.

    No obstante, no falt, por parte de Platn, la clsica acusacin realizada ala labor de los sofistas en cuanto que ofrecan, segn conveniencia, hacer triunfarel razonamiento dbil por sobre el ms fuerte, la apariencia por sobre la realidad.A pesar de que esta conocida acusacin se hiciese eco en el arte que los sofistas

    procuraban, no han faltado defensas realizadas a propsito y, con el fin deilustrarlo, vamos a reproducir las palabras de Hegel, para quien los sofistasdebieron ser personas cultas y plenamente conscientes respecto de las estructurasprofundas del razonamiento y, de este modo, considera Hegel que el crimen quese les atribuye, en cuanto a que logran deducirlo todo,no depende de lacaracterstica propia de los sofistas, sino del razonamiento reflexivo. En todo acto,por malo que sea, va implcito un punto de vista esencial en s: basta con destacareste punto de vista para que el acto quede disculpado y defendido. 1988, TOMO

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    . ,internos persuasivos.

    -7. Hay ms posibilidades de persuadir a quien tiene dudas y no a quiencree conocer la verdad.

    -8. La persuasin es superior a la coaccin y al exterminio.2. LA PERSUASIN ES COSA DE DOSCuando hablamos, nos comunicamos o interaccionamos, nos servimos del

    lenguaje al cual lo elevamos a un proceso de dinamismo que envuelve a emisor ya oyente. Esta consideracin me remite a traer a colacin unas palabras de TeunA. Van Dijk:

    Afirmar que, al hablar hacemos algo, esto es, algo ms que meramente

    hablar, es un simple, pero importante hallazgo de la filosofa del lenguaje.Debemos aadir que el uso de la lengua no es slo un acto especfico, sino unaparte de la interaccin social[13].

    Vemos, pues, que, tal y como considera el propio Toms Albaladejo[14],el discurso retrico, por esa referencia directa a la persuasin, se revelaesencialmente pragmtico en su constitucin. De este modo, si consideramos quela Retrica es el arte que nos ensea a hacer un acto de habla concreto, tal ycomo qued explcito ms arriba, habr que tener en cuenta que, en tal acto,habr dos elementos esenciales que son: el oyente y el orador. Hecha estadistincin hay que apuntar que, este ltimo, tal y como considerara el ilustreprofesor Don Toms Albaladejo tiene una actuacin triple: locutiva, ilocutiva yperlocutiva, si bien en esta actuacin destaca la parte correspondiente al acto dehabla perlocutivo, por el que el orador intenta ejercer una influencia en el receptorde tal modo que le persuada y le lleve a actuar de un modo determinado[15].

    De esta forma, cabe presuponer que, el orador, en posesin de su arma

    ms eficaz: el lenguaje, ha de corresponder con ciertas condiciones necesariascomo son, aparte de la posesin del conocimiento del funcionamiento de losmecanismos lingsticos, gramaticales y lxicos necesarios, la capacidad deidentificar los intereses de los oyentes y lograr la persuasin o conviccin.

    Vamos a tratar, llegados a este punto del estudio, una propuesta que meha parecido muy interesante y que est, sin duda, en conexin con el tema queestamos analizando, y es la idea de poliacroasis que fue propuesta por TomsAlbadalejo[16] y a la que vamos a hacer especial atencin porque considero que,en las aportaciones que, con respecto al tema de la persuasin se han llevado acabo, se han tenido en cuenta aspectos tales como, por ejemplo las tcnicas de

    persuasin, los elementos de la persuasin, el uso del lenguaje en la persuasin o,bien, han estado enfocadas al estudio del orador, pero, por la documentacin queyo he manejado para la elaboracin de este trabajo, y tenindolo en cuenta comouna valoracin personal, creo que no se le ha prestado la debida atencin a lafigura del oyente, u oyentes, en este caso. As, y haciendo aprecio de que talesconsideraciones no trasvasan el terreno de la valoracin personal, voy adetenerme en este punto de modo que esta clarificacin previa sirva comoprecedente explicativo a la posterior aplicacin a los textos que nos dispondremos

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    .El trmino poliacroasis, se construye a partir de poli y akrasis

    (audicin, interpretacin), se trata de la designacin a una audicin mltiple por laque el orador se encuentra con importantes diferencias entre los oyentes de sudiscurso, que necesitan ser tenidas en cuenta. De este forma, la poliacroasisestar relacionada con los gneros oratorios, partiendo de la formulacin de losgneros oratorios efectuada por Aristteles en su Retrica a partir del examen yclasificacin del oyente (akroats) del discurso (discurso deliberativo, discursojudicial y discurso demostrativo).

    As, no me ha parecido nada balad, el hecho de que, a partir de la fuentegriega citada, Toms Albaladejo considere que son lascaractersticas y la funcindel oyentelas determinantes con respecto a las peculiaridades de cada discurso yque, es en funcin de stas sobre las que el orador va a llevar a cabo un procesode adecuacin del discurso en el marco del hecho retrico en el que se sita suactividad comunicativa. As, el orador, si desea ser eficaz en su comunicacin, hade saber adaptarse al auditorio de manera que, si el auditorio cambia, y noobviando la diversidad y la multiplicidad de oyentes que lo forman, llevar consigoque la argumentacin cambie de aspecto porque, si lo que se pretende es lograrcon xito su finalidad comunicativa, es preciso que le presten atencin aquellos a

    quienes est destinado.[17]Teniendo en consideracin todo lo apuntado hasta el momento, por lo

    tanto, habr que decir que la poliacroasis, en tanto que indicadora de unamultiplicidad auditora, va a encubrir, al mismo tiempo, la posibilidad de unamultiplicidad interpretadora, que va a implicar las diferencias motivadas por losoyentes y que se entender como un componente imprescindible en lacomunicacin retrica. Los oyentes sern entendidos, por Toms Albaladejo,clasificados en dos grupos principalmente: los primarios, que son aquellos quepueden tomar decisiones, y los secundarios, que seran aquellos otros que nopueden tomar decisiones.

    Es muy interesante la aportacin que nos hace el profesor Albaladejoacerca de la polifona o, mejor, la poliacroasis en la literatura, y ms en concretoen la novela, pero, por no ser este el tema que nos disponemos a estudiar, quedeconsiderada esta mencin, nicamente, con la pretensin de que se tenga encuenta por el alto grado de inters que despierta.

    Para ultimar esta relacin que se establece entre la persuasin y lasimportantes aportaciones que al respecto realiza Don Toms Albaladejo, tenemosque traer a colacin que uno de los puntos ms destacados de su teora es la quehace referencia al binomio: persuasin/ conviccin. De este modo, y partiendo delas contribuciones que, al hilo de esta cuestin realizan Cham Perelman y Lucie

    Olbrechts- Tyteca, en la obra a la que hemos hecho mencin arriba, nuestro granlingista, en su artculo: Sobre laposicin comunicativa del receptor del discursoretrico, habra vinculado la conviccin a la Retrica, de modo que no quedaranexcluidos de tal enfoque los receptores que, si bien son eximidos de la accin dedecidir, s sern tenidos en consideracin por un orador que pretendeconvencerlos. Lo podemos ver mejor si reproducimos las palabras de Don Toms:

    En mi opinin, el orador tiene en el discurso un doble objetivo: por un

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    secundario. Estos fines no estn, desde luego, separados, pues puede entenderseque la influencia en el destinatario primario es en estos discursosfundamentalmente la persuasin, pero con un importante componente deconviccin...[18]

    La poliacroasis, por tanto, afecta a todos los niveles retricos y a todaslas operaciones retricas ya que afecta de un modo muy especial al componentepragmtico, que es el que domina en cualquier proceso de produccin y recepcintextual.

    Brevemente, me dispongo a mostrar la sntesis de las aportaciones msinmediatas que hay que tener en cuenta a partir de esta nueva categorapragmtico-lingstica que es la de la poliacroasis. En primer lugar, habremos deconsiderar que tal categora est, sin duda, vinculada a la oralidad afectando, deeste modo, al conjunto de operaciones retricas y a la totalidad del hecho retrico.As, no es nimia la consideracin de que la poliacroasis incita a la simultaneidad,no olvidando la doble perspectiva productivo-receptiva de toda comunicacinlingstica, es esto por lo que supone un enriquecimiento de la pragmticalingstica, como componente de la Retrica general, teniendo en cuenta toda suconfiguracin semitica y sin olvidar el elemento de la sintaxis y de la semntica.

    La poliacroasis, adems, contribuye a poner de relieve el principio dedecorum y, por ende, de coherencia (que en todo texto habr de estar enfocada alas perspectivas: sintctica, semntica y pragmtica).

    Un apunte conclusivo y aclaratorio nos va a llevar a dirigir nuestrasmiradas, aun de una forma rpida, hacia la explicitacin, merecida sin duda, de lasllamadas operaciones retricas que pueden ser constituyentes del discurso(inventio, dispositio y elocutio) como aquellas que no son constituyentes deldiscurso (memoria y actio o pronuntiato). Sern las ltimas que hemosmencionado las que estarn ms directamente relacionadas con la oralidad deldiscurso retrico, por ser stas las que mantienen una relacin ms estrecha con

    la emisin del discurso y con su recepcin por parte del auditorio. As, la operacinde la memoria supondr la retencin mental del discurso, por parte del orador, conel fin de poderlo transmitir con fluidez al auditorio. No obstante, la oralidad deldiscurso retrico est ms relacionada con la operacin retrica de la actio opronuntiato que se trata de la pronunciacin del discurso como actuacin retrica.El orador ha de superar el mbito estrictamente textual y poner en ejercicio, noslo la voz, sino tambin el gesto y el movimiento del cuerpo. La presencia deacentos intensivos, la entonacin; las pausas y las vacilaciones; el ritmo; loscambios que dentro de la una misma voz se reflejan; los estados de nimo...sern elementos que podrn apreciarse en tanto se preste la expresin a una

    recepcin auditiva y que, por ende, presuponga el compartimento de un contextocomn para orador y oyente.

    La intellectio muestra una operacin retrica que, si bien no esconstituyente del discurso, s que ser la operacin que permita que el oradorexamine la causa y el conjunto del hecho retrico en el que est situado para, apartir del conocimiento de estos, organizar su actividad retrica en las restantesoperaciones retricas. De este modo, en el mecanismo de la intellectio se dar laadecuacin del material del que dispone a la intencin que persigue, (no olvidemosla im ortancia ue con res ecto a tal consideracin tendrn las reacciones de los

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    oyentes), por lo que, en dicha operacin, se hallar el germen de los propsitospragmtico-comunicativos del texto teniendo en cuenta el objetivo que pretende elorador y sin olvidar las necesidades suscitadas en sus receptores.

    Con respecto a la elocutio ser la encargada de producir el nivel textualde forma que, a consecuencia de esta operacin, se pondrn en contacto orador yoyentes.

    La linealidad de la oralidad se encuentra ntimamente unida con lallamada dispositio que supone la plasmacin sucesiva de aquellas partes quecomponen el discurso siendo ste el punto en el que el orador ha de plantearse lascuestiones relativas a la estructura y, debido a ello, habr de tenerse enconsideracin una operacin retrica diseadora del significado que el textoposeer. Es inevitable que tengamos que traer a colacin, al plantear estacuestin, las apreciaciones que, al respecto, realizar Francisco Chico Ricoconsiderando que la organizacin de los discursos depender de la voluntadpragmtico-comunicativa del orador, de la imagen que ste tenga de su receptor,del tipo de contexto comunicativo en que se halle...[19]

    As, el nico orador ha de tener en cuenta las divergencias sociales,ideolgicas, estticas... del mltiple y variado auditorio y, si tenemos en cuenta

    tales premisas aplicadas a la situacin que va a ser nuestro motivo de estudio, noser nimio considerar que el hablante, emisor del mensaje persuasivo, tendrtambin que tener en cuenta que los oyentes-receptores de su mensaje podrnadoptar dos actitudes: pueden tomar o no decisiones, pero en cualquier caso l sever afectado por cualquiera que sea su postura adoptada. La dispositio, pues, vaa ser el soporte especialsimo en el que va a recaer gran parte de la dimensinpragmtica del texto, por ello, llegados al punto en que lo trataremos y a constade los ejemplos prcticos, haremos una especial mencin a este aspecto, puestoque consideramos que el dominio y la sabia manipulacin textual se deriva,sobre todo, del buen empleo de la dispositio, as como de las estrategias derivadas

    del llamado ordo artificialis (frente al ordo naturalis), dotadas de gran cargaexpresiva y de una finalidad persuasiva clara.

    Vemos, por lo tanto que no se trata de una simple eleccin, balad oarbitraria, la de traer a colacin las teoras del profesor Albaladejo, sino que, hayque verlo como algo necesario teniendo en cuenta la orientacin que yo quierodarle al estudio que, seguidamente, nos vamos a disponer a ofrecer en tanto encuanto mi intencin es la de mostrar un nuevo mtodo de exgesis textualincardinada a abarcar un terreno ms amplo, de manera que pueda extenderse atener en cuenta todos los elementos participantes en el acto comunicativo,concibiendo a ste, como el resultado de un proceso dinmico y recproco de

    produccin/ emisin y de recepcin/comprensin que nos llevar a tomar enconsideracin aspectos, hasta ahora, desterrados del terreno de la lingstica yatribuidos a otras disciplinas.

    3. QUIERES SER UN COMUNICADOR EFICAZ?La actualidad de la cuestin de la persuasin ha llevado a la anunciacin

    de cursillos ublicitados or Internet ue retenden instruir a la ersona como un

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    comunicador eficaz. No s, en realidad, hasta qu punto podramos aclamar lamodernidad de tal cuestin si tenemos en cuenta que, ya en Grecia, tal y comoveamos con anterioridad, los sofistas tenan como propsito tal enseanza. Quizsel nico elemento que pueda darle un barniz de modernidad a tal situacin puedaser la va por la cual se emite y recibe la informacin.

    Tengo que advertir que, quizs, en este nivel no haya respondido alplanteamiento que, al respecto, realizan Luis Corts Rodrguez y Antonio-M. BanHernndez en la obra, ya anteriormente referida, pero he de sealar que el textoque nos ocupa no puede decirse que responde a un frame determinado comopudiese ser, por ejemplo, un cuento, un prospecto, una sentencia... y, por ello mehe basado en hablar del monlogo, de la persuasin, (a pesar de que esta secorresponda con la intencin y, por ende, se tratar tambin en otro nivel), de lastcnicas de la Retrica aplicadas al discurso persuasivo... recordemos al respectolas palabras de los citados autores, en la obra que nos est sirviendo de gua:

    ...no toda interaccin necesita de una superestructura y que no toda

    interaccin es igualmente rigurosa con las categoras que caracterizan su esquematextual. (pg 20).

    Tambin, he de decir que no he seguido los puntos que estos autores

    presentan en cuanto a la mostracin de los factores contextuales, en tanto que meha parecido ms completa la ficha tcnica que aparece en la obra, tambinreferida con anterioridad, de Antonio Briz y, en general, todo el Grupo Val. Es. Co.

    2. NIVEL MACROESTRUCTURAL. EL CAMPO DEL DISCURSO

    Pasaremos a tratar el campo del discurso que se da en el texto que he

    seleccionado, teniendo en cuenta, en primer lugar, la competencia lingstica del

    emisor. Me propongo detenerme en este aspecto con el fin de mostrar laimportancia que tal concepto inspira con respecto a cualquier manifestacinlingstica.

    Comenzar, pues, haciendo ver que no ha sido nimia la anteriorreferencia contextual a la que hemos hecho mencin, si tenemos en cuenta que mianlisis del texto se incardina por un planteamiento que integra el punto de vistasociolgico y que, por tanto, nos hace necesario conocer las competenciasespecficas de grupo, es decir, de los seres humanos en tanto que se comunican yproducen el lenguaje dentro de un grupo y, por ende, correspondiente a lavariabilidad, regular y condicionada socialmente, de la lengua.

    Para hablar de la competencia lingstica me voy a basar en la propuestaracionalista, (frente a las consabidas teoras empricas), que realiza Chomsky. Deeste modo, hay que sealar que la base de esta competencia lingstica, sin duda,estar en el mecanismo de adquisicin del lenguaje y que har constatable la pocadiferencia que existe entre las gramticas que han interiorizado los hablantes de lamisma lengua, pese a la importante repercusin que, no slo la inteligencia sinotambin las condiciones en las que se adquiere el lenguaje, pueden tener alrespecto. As, hablamos de competencia en tanto que capacidad lingstica del

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    hablante de la lengua materna, el conocimiento interior, inconsciente, de su lenguaque supone un sistema internalizado y que se manifiesta por la capacidad, oincapacidad, de formar cuantas frases se quieran y entenderlas teniendo en cuentaun sistema cognoscitivo y abstracto de conocimientos y creencias que se desarrollaen la ms temprana infancia, que subyace al comportamiento del ser humano yque determina los modos de dichos comportamientos observables.

    Ampliando, pues, el campo de aplicacin de la competencia y tratndolaen trminos de una competencia comunicativa, tal y como nos interesa con

    respecto al texto a tratar, hay que considerar que en toda situacin de habla serepiten estructuras generales, como universales pragmticos, que son objeto deuna teora que ha de reconstruir un sistema de reglas, segn el cual se generalizansituaciones de habla o se transforman frases en enunciaciones. Las enunciacionesde la actuacin, comunicacin, tienen un componente que establece el sentidopragmtico. Las unidades bsicas de una teora de la competencia comunicativa opragmtica universal son los enunciados elementales, abstrados de loscomponentes variables de las situaciones concretas, frente a las fraseselementales que se considerarn como las unidades lingsticas que representanuna fase a abstraer de su realizacin en la comunicacin. As, la existencia de

    estos universales permiten que se produzcan los procesos onomasiolgicos ysemasiolgicos respectivos a la figura del hablante y del oyente. De este modo, ysegn lo que aprecia Baldinger, la onomasiologa partira del concepto, que no esel significado de una palabra en tanto que no depende de la estructura de unalengua dada, y pretende encontrar las designaciones, las realizaciones lingsticasque le son pertinentes, segn la lengua que domina el hablante. Por su parte, eloyente, har el recorrido en sentido inverso en tanto que, partir del monema ypretender acceder al contenido de dicho trminos. Contenido o significado que seprev mudable por los consabidos cambios extralingsticos no tanto repentinoscomo habituales.

    Tras este planteamiento cabe, pues, considerar que, previamente, se dauna categorizacin del mundo extralingstico, por parte de los usuarios de lalengua, que aparece estructurado en esa especie de conciencia lingstica queposeen los hablantes y que, creo, puede considerarse sistematizada segn lallamada teora de los prototipos. De esta forma, y teniendo en cuenta que todo ellxico se estructura en torno a un prototipo, que ser el miembro categorizadoms rpidamente que el resto, que suele ser el mencionado en primer lugar y que,podramos decir, es el que sirve de punto referencia cognitiva, el resto detrminos, no prototpicos, constituirn el grupo de los miembros perisfricosentre los cuales se dar ese aire de familia del que hablaba Wittgenstein , es

    decir que se da una semejanza de familia que mantiene la relacin semnticaque les concede un cierto carcter asociativo. Segn este planteamiento queprocede, entre otros lingistas de Georges Kleiber, profesor de la Universidad deEstrasburgo II, en su obra La Semntica de los prototipos, y de la que tengoconciencia por las clases impartidas en nuestra Universidad por el doctorEstanislao Ramn Trives, creo que podemos deducir, en base al texto que nosdisponemos a analizar, que la productora del discurso, utiliza trminos quepodramos considerar como prototpicos, de modo que, en su intento por pregonarel producto que vende, nadie pueda ser llamado a error. La suerte es un trmino

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    muy genrico, pero, precisamente por ello, ser fcilmente entendido porcualquier oyente. Ser, por lo tanto, tal y como veremos, el uso de trminosprototpicos, y, por ende, genricos, los que se emplearn en todos aquellosintentos lingsticos que pretendan la persuasin siendo, pues, la generalidad unrecurso plenamente constatable, y no slo en la promocin oral del producto, eneste caso el cupn de la ONCE, sino que, el tan esperado anuncio navideo, quepreconiza el extraordinario sorteo de la Lotera de Navidad, concluye con una, tansignificativa oracin como es: Que la suerte te acompae tratndose, en este

    ltimo caso, de un anuncio que no se rige por la espontaneidad del texto que nosocupa.

    No obstante, quisiera hacer una aportacin personal en tanto en cuanto, aldocumentarme acerca de la competencia lingstica, me plante la posibilidad deuna competencia social que, solapada a la anterior, constituyese el soporteprincipal de nuestras comunicaciones y, de este modo, hall la respuesta de talcuestin en Heringer para quien, junto a la competencia de carcter lingstico,propona una competencia social que defina como aquello que hay que saber ycreer para conducirse en cualquier situacin, dentro de un grupo social, de formatal que no se llame la atencin[20]. Se tratara, por lo tanto, de la capacidad de

    llevar a cabo acciones y sucesiones de acciones de acuerdo con determinadasreglas, conjuntos de modelos y estrategias de actividad y que, supongo, tendranla misma validez que las determinaciones que condicionan las produccioneslingsticas.

    Aclarado, pues, el concepto de competencia lingstica y social queestablecemos como base fundamental para cualquier acto de habla que se lleve acabo, quiero sealar que, dentro de este proceso prelingstico, no puededescartarse un aspecto al que, anteriormente, hemos hecho mencin hablandoacerca de la persuasin, y que es la intencin. Lo considero como una faseprelingstica y tratable tras la aclaracin de lo que es la competencia del

    hablante, puesto que se tratar del ejercicio de seleccin y combinacin de losmedios lingsticos (tanto desde el punto de vista semntico como sintctico), ydel establecimiento del nivel comunicativo correspondiente y apropiado. Laintencin es de tal importancia en la comunicacin que, slo se hallar elentendimiento de sta cuando sea posible el entendimiento de los hechos quellenan la intencin tratndose, por lo tanto, de una fase de mayor complejidad quesus correspondientes realizaciones semntico-gramatical-fonolgicas.

    El propio Van Dijk habla de la intencin comunicativa en trminos de plansubyacente y en tanto que admite que existe una estructura profunda del textoque es como un marco global: un plan que subyace en la serie de

    representaciones (semnticas) respectivas o el plan de un texto.As, en nuestro texto cabe sealar una intencin persuasiva que, comotoda conducta intencional, estar guiada por unas normas. De esta manera, laactuacin, habr que entenderla como la conducta lingstica factual, como el usoreal del lenguaje en una situacin concreta y en tanto que supone la no totalcorrespondencia con la competencia, si tenemos en cuenta que el discurso naturalmuestra desviaciones de las reglas, comienzos falsos, cambios de estrategiadurante el proceso del habla... y que depende de convicciones extralingsticassobre el oyente y la situacin, as como de los principios de la estructura

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    cognoscitiva, y habremos de atender a aquellos actos que podramos considerarcomo unidades fundamentales o mnimas de la comunicacin lingstica que sonlos actos verbales.

    De este modo, y siguiendo a Austin y su famosa obra How to do thingswith words, del ao 1962, habremos de distinguir entre los llamados actosilocutivos que, en tanto que forma de llevar a cabo una accin lingstica, ennuestro texto, se dan por medio de la apelacin y la exhotacin a la compra, y losllamados actos perlocutivos que, definidos como la designacin de los efectos

    provocados por los anteriores, en nuestro caso, hay que sealar la complejaseduccin a la compra de cupones.

    Estoy intentando, con todo lo que he tratado hasta el momento, demostrarcmo, desde el punto de vista macroestructural, el hablante elabora su mensajeatendiendo, en primer lugar, a la fase semntica, previa a la codificacin, es decirque nos estamos moviendo en el terreno del tema que, como hemos visto, asientasus bases en una competencia y que se gua por una intencin determinada. As, elresultado explcito de tales procedimientos, en el caso que nos ocupa, quedapuesto de manifiesto por medio de la seleccin de unos determinados campossemnticos que responden a la intencin a la que hemos hecho mencin y que

    responde a la estructura condicional siguiente:Si compras (cupones).....................puede cambiar tu suerte

    (nos referimos en trminos generales en tanto que se trata de unaabstraccin del mecanismo subyacente, latente en todo el discurso).

    Se trata de una estructura diatctica, si tomamos en consideracin laterminologa que, para tal tipo de estructuras, utilizara el profesor EstanislaoRamn Trives[21] y supone una implicacin o coimplicacin de las dos estructurasoracionales A y B, de modo que lo primero implica lo segundo. Como cabeesperar, dicha implicatura tambin se da en el campo de la semntica y, de estemodo, veremos que se precia una relacin mutua entre los dos campos semnticos

    que podemos substraer de este texto:El campo semntico de la posesin (que estara compuesto por lostrminos: queda, llevo) y el campo semntico de la suerte/premio (que estaracompuesto por los trminos ( perro(h) , pavo(h) , torico(h) , e(h)calera,gallego(h))[22]. El campo semntico, como sabemos, es un conjunto depalabras/ expresiones que abarcan un determinado campo de significado; un grupode expresiones que juntamente con sus significados lxicos o sus contenidospertenecen a un mismo sistema lingstico y que tienen en comn, al menos, unrasgo semntico.

    Puede sorprendernos el hecho de que el segundo campo semntico que

    hemos sealado no se corresponda, como cabra esperar, con trminos que,convencionalmente, se correspondan al hipernimo sealado (suerte), es decir,trminos como: dinero, fortuna, regalo... sino que hemos sealado sustantivosque, en un uso de los mismos de forma pertinente, apropiada, designan realidadesque no corresponden a tal campo semntico. Esta cuestin, a pesar de que latrataremos en el apartado correspondiente a la coherencia y la presuposicin,podemos adelantar que se trata de un uso, de los trminos sealados, con sentidotraslaticio, no atrevindome a denominarlo metafrico en tanto que, considero,para hablar de metfora se tendra que mostrar una similitud de aspecto externo,

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    puesto que, como sabemos, al adquirir una de estas participaciones, y en tantoque son concedidas a personas que tienen algn tipo de falta fsica, (minusvala),de modo que carecen de un acceso inmediato al mundo laboral, podemos ayudar auna persona necesitada, entonces, por qu no se menciona esta causa? Es curiosoporque la pretensin de conmover al receptor es algo que, como en el caso de losmendigos, es empleado como tcnica persuasiva, por tanto no se mencionaporque se presupone? Yo creo que, ms que esto, habra que tener en cuenta queesta sociedad tan egosta en la que vivimos hace que sea ms provechoso el uso

    estrategias alusivas a la obtencin de beneficios, a nivel particular, a que se hagamencin a la labor de buen samaritano.

    - Entre lo que se puede/ no se puede. En este caso resulta muy

    significativo la cuestin que supone no asegurar, en ningn momento, y a pesar delas tcnicas de persuasin que se usan, que la vendedora tenga toda la certeza deque el nmero premiado sea aquel que ella porta. Para hablar de este aspectohabra que traer a colacin el concepto de entropa que si bien, en un principio,sera utilizado en el campo de la termodinmica, despus pasara a designar laprobabilidad, en tanto que estara aplicado al campo de las telecomunicaciones. De

    este modo se establece una relacin entre la informacin y la entropa, de formaque, siendo todas las posibilidades existentes igualmente equiprobables, como esel caso de los nmeros de la ONCE en tanto que todos ellos tienen la mismaposibilidad de ser seleccionados, estamos ante una situacin de incertidumbre, deindeterminacin, en donde slo cabe la especulacin, la conjetura. De estamanera, cuanto mayor sea la indeterminacin, que remite al concepto de laentropa, mayor ser la informacin.

    Esa incertidumbre con respecto al nmero premiado la tenemos todosnosotros tan asumida que, el hecho que alguien la desafe asegurando saber contoda entereza cul ser el nmero premiado nos lleva, al menos, a vacilar en

    cuanto a si lo creemos o no, pero, no obstante, nos puede surgir la duda de: y sien realidad lo sabe y estoy despreciando una gran oportunidad?. Duda sta de laque se aprovechan estos vendedores.

    Quizs, el hecho de que la voceadora repita tanto puede llevarnos a

    pensar que, a falta de una competencia comunicativa, que se preciesuficientemente instruida en la perspicacia lingstica que requiere la persuasin,recurre a la insistente repeticin semntica que supone dar siempre las mismaspremisas para lograr la venta, pero, ms bien creo que la vendedora recurre a talmecanismo con una intencin muy determinada: la de lograr llegar, de un modoms sencillo, a todos los oyentes, ms o menos instruidos. La brevedad, comosabemos, supone eficacia, captacin rpida, que puede lograr la respuesta rpidasin demorarse en exceso al dar tal respuesta, a no pensarse mucho qu hacer. Hede decir que, ms adelante, dedicaremos un apartado acerca de la cuestin de larepeticin y nos detendremos algo ms, pero, no obstante, he querido hacermencin a ella en este apartado en tanto que puede considerarse como una tcnicapragmtica que logra la permanencia, en la sucesin de frases, por medio de laconcatenacin de la frase precedente con la subsiguiente de modo que nunca sepierda el hilo argumentativo, en este caso persuasivo, del discurso.

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    Este tipo de estrategia es utilizada en otros textos que pretenden, al igualque este, lograr introducirse en la mente del destinatario seleccionadointencionalmente, fijar una idea en l.

    No cabe duda, no obstante, de que la repeticin est es ntima conexincon el carcter oral de los discursos que la emplea, y que suponen el rpidoaprendizaje, as, imaginemos que la vendedora, para ofertar sus cupones sehubiese basado en el uso de premisas que respondan a, al menos, tres tipos deoraciones diferentes. Como cabe imaginar, no resultara nada econmico, ni

    lingstica ni monetariamente, para la vendedora, en tanto que no tendran, talesexpresiones, tanto efecto en los receptores.

    Tal y como hemos enunciado ms arriba, hay otros textos que tambinse precian de tal recurso como: las canciones, de todo tipo, pero sobre todo lascanciones infantiles (cumpleaos feliz, cumpleaos feliz...), tambin la poesalrica popular (De las frutas, la manzana, de las aves, la perdiz, de las colores, lagrana, de las damas, la Beatriz)[28]o, por ejemplo las oraciones de Misa (Gloriaal Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espritu Santo...), son algunas de lasmanifestaciones lingsticas que tambin recurren a la tcnica de la repeticin conlas pretensiones que hemos aludido.

    Vemos, por lo tanto que, al contrario de lo que pudiese ocurrir en unaconversacin, en donde son habituales los cambios de temas, las constantesdesviaciones con respecto a las cuestiones tratables, la flexibilidad discursiva queacepta cualquier tipo de traslacin temtica... en este caso, al tratarse de unmonlogo, guiado por una nica y exclusiva intencin, dominado por un nicointers y sin posibilidad de intervencin de otro interlocutor, en el sentido de quese pueda establecer un intercambio comunicativo, hemos de considerar que nopodemos hablar de cambios temticos ni de temas primarios y secundarios quedeterminen una caracterizacin concreta a este texto desde el punto de vista delnivel macroestructural. No obstante, creo haber hecho constar que hay un

    programa de direccin o seleccin y combinacin para la generacin del texto yque, como tal, queda expandido en conceptos proposicionales y supondrn unaserie de relaciones y presuposiciones semnticas que, ms adelante trataremos deun modo ms detenido.

    Pasaremos, seguidamente, a tratar el siguiente nivel que nos ocupa quees el nivel microestructural.

    3. NIVEL MICROESTRUCTURALEn este punto habra tambin que tener en cuenta un tipo de competencia,

    en este caso gramatical, que supone la elaboracin formal del discurso, por partedel hablante, as como la interpretacin por parte del destinatario en tanto quereceptor acstico de unas determinadas formas gramaticales que responden a unaespecfica estructuracin gramatical.

    De este modo, en primer lugar, me veo en la necesidad de advertir que loque hay que tener muy presente, a lo largo de este estudio, es que estamosofreciendo un enfoque desde el punto de vista pragmtico, esto es, que estamosconsiderando el texto que estamos analizando, en su situacin concreta, que setrata de una codificacin y emisin como actividad comunicativa intencional, final,

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    y que, como a , a r que erenc ar en re: e mo e o s n agm co nuc ea o, ensentido estricto, que se sita ms all de la concreta seleccin material de lossegmentos verbales, pero que supone una correspondencia con la perspectivasistemtica, y, por otro lado, habr que tener en cuenta la dinmica sintagmticodiscusiva, el nuevo orden requerido por el flujo verbal, de modo que, a lomeramente sintagmtico, habr que aadrsele una dinaminacin discursiva que,como veremos, llevar a cabo transformaciones solamente justificables desde elpunto de vista que hemos apuntado, desde el punto de vista pragmtico.

    As, lengua y necesidades discursivas harn que se mantenga el llamadotipo sintagmtico latente al que aludira Ferdinand de Saussure en el Cours deLinguistique Gnrale.

    En cualquier caso, ya haremos una mencin ms detenida con respecto alo que hemos planteado cuando se trate de analizar el nivel sintctico. Vayamos,pues, ahora a tratar de otros niveles que tambin conforman este apartadomicroestructural.

    As comenzaremos por el nivel fnico y habremos de resaltar aspectos

    como los siguientes:

    VOCALES:En cuanto a las vocales, hay que sealar la frecuente tendencia delmurciano con respecto a la supresin de las consonantes finales, sobre todo de las- final, ya sea como indicadora del morfema de plural, en el caso de lossustantivos, ya sea como morfema de persona, en el caso de los verbos, y, as,con dicha prdida, se produce una abertura de la vocal precedente que no llega aser como la pronunciacin abierta de los hablantes andaluces, pero que quedapatente. Hay que sealar que, como precedente a dicha prdida, se da un estadode debilitamiento de la consonante, pero, la abertura y el alargamientocompensatorio que se da en la vocal, har que termine por producirse la prdidade la misma.

    Este rasgo lo encontramos en trminos como: perro(h), pavo(h),torico(h). Tambin con la eliminacin de otras consonantes: muje, da...

    No obstante la prdida de la s- tambin se da en el interior de laspalabras, causando el mismo efecto que el que hemos apuntado aqu arriba: el delalargamiento compensatorio. Hay que sealar que los casos en los que se apreciandichos cambios suele darse la combinacin: -s-, en posicin implosiva, ms otraconsonante: e(h)calera, e(h)ta...

    Hay que hacer ver, adems, que, cuando dentro de una misma palabra(generalmente por la prdida de una consonante sonora), o en un enlace fnico(sinalefa), se encuentran seguidas dos o ms vocales medias (e, a, o), se produce,

    casi siempre, ya sea para evitar el hiato, ya sea por la ley de brevedad y menoresfuerzo, un fenmeno de absorcin o contraccin, o bien una resolucin con undiptongo. Este fenmeno, muy corriente en todas las hablas vulgares, tiene en ellenguaje rstico murciano un extraordinario predominio.

    De modo que, cuando se da el caso de los encuentros de aa-, -ee- y oo-, se producir una simplificacin en a, e, o respectivamente: pa.

    CONSONANTES:

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    o ay que menc onar rasgos que sean, en exceso, es aca es s no quehabra que sealar, nicamente, el trueque de la alveolar l- con la alveolar r-como en el artculo el que aparece pronunciado como er.

    Por ltimo, hay que destacar un caso de metaplasmo o vicio fnico, en

    tanto que se produce la afresis, con prdida de la slaba inicial, en la palabraacho que, como ya dije ms arriba, es algo propiamente vulgar, pero de usofrecuente, al menos, por la zona en donde nosotros nos situamos.

    De esta manera, y con la intencin de concluir este primer apartado,

    habr que sealar que, si tenemos en cuenta las diferencias internas en la lenguaa las que alude el lingista francs Coseriu[29], habra que sealar que, en el usoque de la lengua mostramos en el ejemplo, motivo de nuestro anlisis, convergen:de entre las diferencias diatpicas, queda patente el dominio de la correspondientea la lengua regional; de entre las diferencias diastrticas, habra que sealar quese da un tipo de lenguaje popular y, por ltimo, teniendo en cuenta las diferenciasdiafsicas, concretaramos diciendo que se trata del lenguaje de la persuasinenfocado, por la pecualiaridad que supone el darles ciertos motes a los dos

    nmeros finales, a la venta de cupones.Como ya indicamos ms arriba, no podemos hablar de que se d undialecto con respecto a nuestro dominio lingstico, sino, ms bien y tal y comoseala Jos Moz Garrigs, se habra de aludir a l como espaol hablado enMurcia.[30]

    No obstante, y a pesar de las peculiaridades que conlleva el uso delmurciano, es preciso sealar que la vendedora, movida por la precisin de la ventadel producto, (recordemos que se trata de un producto que no podr ser revendidootro da puesto que su plazo de vigencia se limita hasta la hora del sorteo),domina la expresin lingstica de manera que logra una vocalizacin correcta, conla intencin de que su mensaje sea perfectamente entendido y que no quepa lamenor duda de la venta que ofrece.

    Pasaremos, seguidamente, a tratar el nivel morfolgico de modo que

    atendamos a todas las categoras lingsticas que son usadas en este anlisis.De esta forma, habra que sealar el predominio de los verbos, que

    muestran la aclamacin para llevar a cabo la accin de la compra. Destaca el usodel imperativo, apelativo: venga, utilizado al inicio de la oracin de modo queest en total relacin con la llamada: funcin apelativa del lenguaje, que lo quepretende es iniciar un contacto con el oyente, iniciar una relacin, de carcterasimtrica en tanto que slo habr un hablante y el resto sern oyentes, y, para

    ello, comprueba, previamente, la eficacia del canal.En el resto de los casos en los que se utilizan los verbos, estos suelen

    aparecer en primera persona del singular, como sealizacin de la productora deldiscurso y vendedora del producto, de modo que, al darse el caso, en nuestralengua, de que cada una de las personas gramaticales del verbo, tres del singulary tres del plural, poseen sus propios morfemas, sin posibilidad de confusin porhomofona, como veremos, se evitar la redundancia que supondra la aparicindel sujeto, indicado por medio del pronombre yo que nicamente lograra

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    rrump r nega vamen e en ese n en o por ograr reve a y e cac a en ediscurso.

    En cuanto a los sustantivos, es curioso la tendencia de cambiar lacondicin de abstractos que poseen algunos de ellos y hacerlos concretos, es decir,materializarlos. Tendencia esta que queda patente en el caso de los nmeros que,como ya vimos, se tiende a darles nombres, de un modo, en muchas ocasionesarbitrario, y que supone la identificacin de los nmeros con algo material,cotidiano, palpable. As mismo, la suerte tambin aparece materializada, en los

    cupones, en tanto que la vendedora repite: llevo la suerte.Todos estos sustantivos que, como he dicho, tienden a despertarnos ideasmateriales, evitando toda abstraccin conceptual, a pesar de su significadogenrico, aparecen introducidos por artculos, tal y como se llamaban en laGramtica tradicional, determinados: la, elevitando el uso de la indeterminacinque, en dicho planteamiento lingstico, se les conceda a: un, una, o de losindefinidos: algunos, pocos, todos... He destacado este dato porque me haparecido que no es algo puramente casual, sino que lo he querido traer a colacinporque considero que contribuye a ese anhelo por lo material, por la demostracinde la venta de algo real, verdadero, palpable.

    Se trata, pues, de otra estrategia propia del discurso persuasivo, oral,puesto que la recepcin acstica por la que se rige el oyente hace que tenga queimaginarse el producto, en tanto que se carece de su presencia y, sin duda,siempre ser ms fcil que imaginemos realidades materiales, al ser evocadas pormedio de la recepcin del trmino que las designa, en comparacin con ladificultad que supone evocar abstracciones.[31]

    No es nimia la frecuencia con la que aparecen los adverbios temporales,de los que no tratar en exceso en tanto que procurar hacerlo en un apartadoposterior en el que trataremos acerca del fenmeno de la deixis.

    Voy a destacar, en este apartado, un recurso que aparece en el texto yque, a pesar de que pueda ser motivo de discusin, yo considero que pertenece alnivel morfolgico; se trata de el mecanismo de formacin de palabras que, en estecaso, viene dado por medio de la sufijacin, en concreto con el sufijo ico y queaparece en las palabras: tor-ico y pav-ico. Este sufijo, de significacindiminutiva y apreciativa, tal y como es usado en este caso, es aadido a lossustantivos y adjetivos, tanto femeninos como masculinos. Su predominio sevincula a algunas regiones como Aragn, Crdoba y Murcia, aunque, antiguamente,tuvo un uso ms extenso.

    Trataremos, a continuacin, del lxico. Este apartado, quizs quede poco

    desarrollado, pero, he de advertir que de lo que trato es de hacer un somero

    comentario acerca de las unidades lxicas que aparecen en el texto para, llegadoel momento de abarcar la semntica textual, extenderme ms al respecto.

    Creo que ya hemos dicho algo con respecto a este nivel en tanto que yareferimos el por qu de utilizar motes para referirse a las dos ltimas cifras,tambin hemos hablado de la tendencia a la materializacin de los sustantivos quedesignan realidades abstractas, y, poco ms nos queda por decir. No podemosconstatar que el lexicn, entendiendo este como la totalidad de las palabras o elrepertorio de signos que configuran el saber internalizado del hablante, en este

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    , , , , ,constante repeticin de los trminos, ahoga la posibilidad de una competencialxica que destaque por su amplitud.

    Bien es verdad, no obstante, que la productora de este discurso sabe muybien seleccionar los trminos que emplea y, como veremos, llevar a cabo sucombinacin. As, no es balad el significado, sobre todo, de los verbos empleadospuesto que, en primer lugar, aparece, utilizados a modo de exhortacin, verbosque suponen movimiento: venga. La incitacin a la accin puede ser un aspecto

    digno de comentario puesto que, por medio de esta evocacin, la vendedoraaproxima ms su producto al oyente, lo implica ms en la compra.La influencia de los mtodos de venta oral en la publicidad escrita son

    bastante frecuentes y, de este modo, tambin nos encontraremos con ejemplos deeste tipo en dichos contextos:

    Como vemos, el uso de verbos que implican aproximacin al lugar de laventa son frecuentes y se usan como estrategias de persuasin.

    Aparece, tal y como podemos constatar con la lectura del texto, el uso delverbo llevar que, curiosamente, aparece empleado con dos sentidos diferentes:

    Llevo perro(h) , llevo pavo(h) . En este caso el verbo est empleado conel sentido de traer puesto, de poseer. Tambin implica movimiento y, respecto aello, hay que tener en cuenta la situacin: la seora, situada frente al edificio deJefatura Provincial de Trafico, no permanece inmvil, sino que va andando portoda la fachada de dicho edificio, con la intencin de captar un mayor nmero decompradores. Comparemos esta situacin a la de los vendedores de cupones enlos quioscos de cualquier ciudad.

    Acho, llevarse la suerte pa hoy. El verbo llevar, en este caso, se usacon el sentido de conducir algo desde un lugar a otro alejado de aquel en que sehabla o se sita mentalmente la persona que emplea dicho verbo, (ya trataremos

    esto con ms detenimiento cuando hablemos acerca de la deixis).

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    , ,primer lugar, de modo que pueda asegurarse la percepcin de dicha informacin,lo primero que captemos, despus del vocativo, es el verbo quedar, podramoscuestionarnos por qu no: tengo? creo que esto se justifica por el contenidosemntico de ese trmino en tanto en cuanto, quedar presupone una ventaanterior, por lo que nos evoca ms a la adquisicin del producto que nos estnponiendo, como se dice en bandeja y que, quizs, pueda lograr un cambio ennuestras vidas; as, si otros han probado suerte por qu nosotros no?.

    Creo que no podemos aadir mucho ms en cuanto al lxico de modo que,en prximos apartados, y a propsito de otras cuestiones muy relacionadas coneste nivel, de nuevo abarcaremos otros aspectos del lxico.

    Si continuamos este anlisis por niveles que estamos llevando a cabo,

    teniendo siempre muy presente que lo realizamos desde el punto de vistapragmtico, pasaremos ahora a tratar acerca del nivel sintctico.

    Tal y como advertimos al iniciar este apartado del nivel microestructural,la sintaxis va a ser fundamental tenerla en cuenta, puesto que es la parte de lagramtica que regula la ordenacin conjunta de los elementos. No obstante, yovoy a plantear un punto de vista de la sintaxis que no va a estar desvinculado nide la semntica ni de la pragmtica, puesto que todo uso significativo del lenguajese realiza, a un mismo tiempo, en la sintaxis, la semntica y la pragmtica. Estaser la base para nuestro anlisis, dejemos, pues, teoras como la presentada porChomsky, para quien: las consideraciones sintcticas y semnticas puedensepararse unas de otras. Dicha afirmacin corresponde a su obra, traducida anuestra lengua como: Las estructuras sintcticas, del ao 1957. Dejo, pues,explcita mi perspectiva con respecto a la conjuncin: sintaxis, entendida como ladisposicin-en-sucesin-cronolgica de las unidades lingsticas: la semntica entanto que seleccin de los elementos contrastantes en el contexto, y la pragmticaentendida como la interrelacin dinmica entre el conocimiento del mundo por los

    hablantes y la dimensin sintctico-semntica, dimensiones que no sonindependientes una de otra.

    Comenzaremos por hablar del tipo de estructuras empleadas en el texto.Se trata de estructuras muy simples, repetitivas, sin incidencias barroquistas. Parahablar de este aspecto me voy a remitir al artculo de Jos Mara Jimnez Cano:Sintaxis y traduccin. La conservacin de las estructuras sintcticas en la poesa yen los textos abreviados.[32]

    Segn lo expuesto en este artculo, partimos de la idea de que el tiposintctico es el sintagmtico, esto es el constituido exclusivamente opreponderantemente por unidades suboracionales y los tipos de textos son tanto de

    naturaleza literaria (poemas) como no literaria (los denominados microtextos otextos abreviados).

    Ya Saussure habra tenido en cuenta el sintagma entendindolo,aproximadamente, como un encadenamiento de palabras que aparecen encombinacin, que responden a unas reglas establecidas y que, como cabraesperar, pertenece al mbito de la lengua. Reconocido, pues, dicha unidad, elprofesor Jimnez Cano considera que podra ser considerada como estilema,vinculada al estilo que se posee en la elaboracin de un determinado tipo de

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    , ,en los que dicha unidad ejercera a modo de molde.

    Si bien este planteamiento es indiscutible, an ms si tenemos en cuentael nutrido muestrario que, a modo de ejemplificacin, nos ofrece, hemos deconsiderar que, cuando se trata de un discurso de carcter oral, tal y como el quenos ocupa, no podemos asegurar, al menos desde mi punto de vista, que sepuedan corresponder, de un modo tan riguroso, a la configuracin que, en elestadio de la lengua, caracteriza al sintagma. Este planteamiento es el mismo que

    hice cuando iniciamos el apartado que aqu nos ocupa, en tanto que, el habla estsiempre referida al oyente, es una actividad significativa, es como la respuesta aun juego de actividad comunicativa, que si bien est regulado por normas, hay queentenderlo en determinados contextos y vinculado a ciertas situaciones. Se trata,pues, de un paso desde un modelo sintagmtico nucleado, perteneciente a unalengua dada, a un nuevo orden que responde al flujo verbal, en donde la variedady la identidad sistemtico- funcional estarn en relacin, como dira el DoctorEstanislao Ramn Trives, de homestasis. Quiero decir que el hablante se hace conciertas destrezas discursivas a partir de un modelo que adquiere como adecuado,que parte de la sintaxis y que, en el contexto del discurso, se transformar en unnivel sintagmtico. Ahora, el usuario, en tanto que emplea la lengua para unaactividad comunicativa, va a echar mano de estrategias discursivas y va configurarsu discurso basndose en un mecanismo de seleccin y combinacin segn supropia intencionalidad.

    No obstante, bien es verdad que podemos confirmar la relacin entre estetipo de textos orales, de carcter, en definitiva, publicitario y los que, por ejemplo,aparecen en los peridicos, en las secciones en las que se ofrece la venta, comprao alquiler de, por ejemplo, vivendas, tal y como vemos en los ejemplos:

    Llevo er pavico y er perro (...) llevo gallego(h) en comparacin con:

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    los espacios publicitarios que contiene el peridico sino que, aunque pueda resultarcurioso, slo aparece en aquellos en los que precisa vender, comprar o adquirir apartir de un previo acuerdo econmico. Ocurre, pues, igual que en la venta decupones, y, en general de toda la venta oral[33]. De este modo quiero hacer verque, cuando se trata de cuestiones ms serias, cuestiones en las que laeconoma y el negocio juegan un papel importante, cuestiones de las que dependenlas ganancias o prdidas deuna persona; la brevedad, la simpleza y la concisin

    son los requisitos ms apreciables.Son mltiples las diferencias con respecto a otros en los que se publicitaun producto que si bien es para su venta, no supone tanta urgencia y, adems, delas ganancias que pueden obtenerse a partir de la compra de dicho producto,dependen, no una nica persona propietaria, poseedora de dichos bienes en losque est implicado, sino que suelen ser empresas que acaparan a una serie deaccionistas, empresarios y otros contribuyentes que estn implicados,parcialmente, en dichos negocios y, por ende, se muestran ms o menos afectadospor la andadura econmica de los mismos, pero nunca se sentirn tan afectadoscomo cuando la venta es ostentada, nica y exclusivamente, por una persona.

    As, cabra especularse que la brevedad que caracteriza a dichosanuncios, los que suponen la venta de un producto como propiedad privada, sehayan visto influenciados por esa venta voceada y, por lo tanto, por el tipo deestructuras que se emplean en dichas formulaciones lingsticas, an cuando ellosuponga romper con las normas gramaticales que, si bien quedan latentes bajo laexpresin, no se corresponden con el mensaje que nosotros captamos, pero, sinduda, el hecho de que sean eficaces, fcilmente asimilables, que estn al alcancede todos, y que eviten cualquier tipo de desvo con respecto a la intencincomunicativa que subyace a su elaboracin, las convierte en recurso para unaventa precisa, necesaria e individual.[34]

    De este modo hay que apreciar que se prescinde del sujeto, de artculos,

    en muchas ocasiones, y de otros elementos llegando a la mxima abstraccinexpresiva, llegando a mostrar lo ms preciso: llevo perro, llevo pavo .

    Continuamos hablando de la sintaxis, desde el punto de vista que hemos,inicialmente, establecido, y me veo obligada a advertir que, en nuestro anlisis,vamos tambin a tener en cuenta lo implcito, lo que no aparece, expresamente,mostrado en el texto, pero que, no por ello, deja de ser importante, determinantey, en ocasiones, la base de tales formulaciones captables.

    Por ello, vamos a ampliar nuestro punto de vista y vamos a abarcar lalos campos del enunciado y el de la enunciacin, casi siempre olvidada, pero de talnecesidad que, como veremos, dar explicacin a muchos fenmenos que

    aparecen en nuestro texto.Habermas, hace un apunte, acerca de la enunciacin que nos va a ser

    muy explcito puesto que lo realiza sealando las diferencias entre frases, comounidades lingsticas, y enunciaciones, en tanto que frases en situacin o unidadespragmticas del discurso (...) para distinguir entre las estructuras de lassituaciones del discurso, dependientes del lenguaje, y las expresiones lingsticasque se utilizan en las situaciones del discurso.[35]

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    , ,mecanismo de enunciacin, lo cual supone que, cuando el hablante habla, estrespondiendo a una actitud programtica o a varias actitudes juntas, en nuestrocaso, la actitud es la de la persuasin y esto va a quedar mostrado en ciertasmanifestaciones formales, pero lo que es impensable es olvidarnos de aquello queno percibimos directamente. Se trata, en definitiva, de un paso a la pragmtica.

    As, el profesor Lapesa[36], distingue entre dos tipos de causales: de laenunciacin y del enunciado, tal y como nosotros las conocemos. Con estadistincin, el profesor Lapesa hace ver que la dinmica interoracional se nutre deuna serie de elementos inferenciales, subyacentes o implcitos, que aclaman unainterpretacin guiada por un planteamiento silogstico.

    Y, precisamente, en nuestro texto encontramos un ejemplo de este tipode oraciones: venga nena que me queda er pavo pa e ta noche. Si analizamoseste enunciado podramos decir que hay dos oraciones, una de ellas en imperativo,que supone una apelacin, a la que ya hemos hecho mencin con anterioridad, yuna oracin causal de la enunciacin:

    La parte implcita sera: lo digo (verbo performativo) y la parte queaparece explcita: que (porque) me queda er pavo pa e ta noche.

    Es muy frecuente, tal y como veremos cuando tratemos de lapresuposicin, la tendencia que hay a no tener en cuenta esos verbos de lenguaque, al no aparecer de un modo explcito en la oracin, no se toman enconsideracin. No obstante hay que tener en cuenta el modo de resolucin quetienen las diferentes lenguas con respecto a la manera de mostrar en el enunciadosi se trata de una causal del enunciado o de una causal de la enunciacin. As,frente al sincretismo o unitarismo de dicha oposicin morfolgica que demuestranuestra lengua para la expresin de ambos tipos de oraciones causales, otrossistemas lingsticos apuestan por la diversificacin nexual . Esta diferencia quedamuy bien representada en el esquema que ofrezco a continuacin:

    ENUNCIADO ENUNCIACIN

    Latn quia, quoniam... nam, enim...Alemn weil+ postposicin verbal denn...Francs parce que... car...Espaol porque porqueDicha omisin del verbo de lengua, dejando en posicin inicial del

    enunciado el quemencionado, se trata de un empleo muy propio de la oralidad,que usamos de un modo cotidiano y que resulta menos usual en la lengua escrita,quizs porque el hecho de que pueden crear ambigedad, requiere de una situacin

    interpersonal que, en caso de duda, pueda esta ser resuelta cmodamente.As, recordemos de nuevo el spot publicitario de la Lotera de Navidad

    que, como sabemos, finaliza con unas palabras pronunciadas por una vocecitasusurrante que son: Que la suerte te acompae. Seguro que si hubiese aparecidode forma escrita, su formulacin hubiese sido: Espero (deseo, quiero...) que lasuerte te acompae, pero lo que interesa es incitar, a todo tipo de pblico, a lacompra del boleto de Lotera y, frente al contenido alegrico de todo el anuncio,accesible slo a un pblico nutrido de ciertos conocimientos, aparece la conclusin

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    produccin de diferentes formas superficiales basadas en una idntica estructuraprofunda del texto.

    As, teniendo en cuenta que, en base a dicha estructura profunda, latenteen todo el discurso, se llevar a cabo la seleccin y combinacin de elementospara la generacin del texto, procedamos a ilustrar, a partir de nuestro texto, esacoherencia textual que va a hacer que las sucesiones de frases hayan deentenderse como coherentes, este es, pertenecientes al mismo texto. Me voy abasar en W. Dressler[37] que establece como medios de coherencia:

    La recurrencia, que determina la identidad referencial, en forma derepeticiones de palabras, partes de frases o frases enteras, aliteraciones, deconstrucciones paralelas... En nuestro texto es muy abundante la repeticin, tal ycomo ha quedado expuesto ms arriba, de hecho, en tanto a la finalidad apuntada,esta prctica se anota como imprescindible y, de este modo, nos encontramos conrecurrencia en cuanto a los trminos: perro(h) , pavo(h) , torico(h) ; deestructuras: imperativo+(apelativo)+ causal de la enunciacin; y, como veremos,la curva entonativa tambin aparece repetida en todos los enunciados.

    La parfrasis que supone la explicacin o interpretacin amplificada en untexto y que, en el caso que estamos analizando queda representando con los

    siguientes trminos: suerte que aparecera como elemento englobador,semnticamente, de otros como: perro(h), torico(h) o pavo(h) .

    La pro- formaen tanto que indicador de una misma referencia que otrasmanifestaciones lingsticas tambin contenidas en el texto, creo que nos puedellevar a sealar el pronombre uno que aparece en boca de un segundo hablante,no identificado, tal y como hemos sealado en la transcripcin, y que, de nuevo,parece referirse a esos trminos que hemos sealado ms arriba y que dannombre a los ltimos nmeros de los cupones. La manera tan genrica con la queel comprador hace mencin al producto que va a adquirir, hace ver que, con eltrmino empleado, nicamente alude a cupn sin que le importe el nmero en

    concreto.La inclusin o implicacin lgica queda manifiesta, en el caso que nos

    ocupa, en la oracin condicional que, ms arriba, hemos expuesto: si comprascupones tienes probabilidad de cambiar tu suerte. Se trata de una relacin quetambin, y al mismo tiempo, supone el vnculo: causa/consecuencia en tanto quedndose la primera premisa, podr, consecuentemente, darse la segunda. As,todo el texto, se compone de unidades semnticas que, o participan de la causa, obien manifiestan las consecuencias de dicho planteamiento.

    La contigidad semntica (similitud/roce), o sea, la recurrencia opresencia de rasgos semnticos idnticos. De nuevo habra que aludir a los

    trminos que hemos tratado en otros puntos anteriores puesto que, son stos losque soportan todo el peso semntico del texto. Creo que, con este punto,Dressler se refiere a la llamada isotopa en tanto que tal concepto, que tanclaramente trat Greims en su obra de 1973 Semntica estructural, apunta alcompartimento, por parte de los lexemas que componen el mensaje, de, al menos,un sema en comn.

    De este modo, me veo tambin en la necesidad de aclarar que lacoherencia a la que hemos hecho mencin, queda manifiesta en el texto por mediode una serie de recursos formales sintcticos al fin al cabo ue dotan al

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    da a las dos ltimas cifras de dicho cupn. Se presupone, por lo tanto, que, apesar de que, hoy, no tengamos conciencia de la relacin de tales significantes conlos nmeros a los que se vinculan en concreto, pero, bien es verdad que podemossaber que se trata de cupones de la ONCE, sobre todo porque ningn otro tipo departicipaciones en un sorteo son as denominadas. A esto habra que aadir laaportacin que, para tal identificacin, suponen las reiteradas mencionesadverbiales que nos hacen advertir que se trata de un sorteo diario, (frente a, porejemplo la lotera que no se rige por tal procedimiento), o el hecho de que sea una

    venta voceada o que, como sabemos, se trate de un producto que se otorgue aaquellas personas que, por alguna razn, se muestran faltas de algn tipo defacultades, sobre todo visuales, y que, por lo tanto, no puedan acceder tanfcilmente al mundo laboral.

    - No aparece mencionado el nmero. En realidad, poco importa que seauno u otro, lo que interesa es la venta, por parte de la productora del discurso, yde que, al menos, haya posibilidad de poder obtener parte del premio. Noobstante, se presupone que se conoce cmo funciona este tipo de sorteos, esdecir, se tiene conciencia de que la adquisicin de un cupn, predispone laposibilidad de que los cinco nmeros que contiene coincidan con los resultantes del

    sorteo de esa misma noche.- Tampoco aparece explcita la cuanta a la que asciende el premio. Se

    considera como algo consabido, no obstante tampoco es crucial el conocimiento dela cantidad exacta, basta con saber que, seguro, toca algo ms del euro concincuenta que nos vamos a gastar y, por ende, si toca obtenemos, sin duda, msde lo que invertimos.

    - No quedan explcitas las consecuencias de la suerte puesto que, cadauno, podr invertir ese dinero en lo que considere ms adecuado. As, no se usacomo tcnica persuasiva expresiones como venga que vas a poder pagar lahipoteca a pesar de que, la mayora de los receptores a los que se dirige el

    mensaje estn en tal situacin de deuda.Con todo esto creo que he hecho patente todo aquello que subyace y que,

    en tanto que asumido por todos nosotros, ontogenticamente, podemos apreciarloaun cuando no quede, materialmente, expresado.[38]

    Otro aspecto que, con respecto a este nivel pragmtico textual, hay que

    resaltar es la llamada dexis. Con tal nombre se denominan a todos aquellospronombres, adverbios e, incluso, formas verbales que nos proporcionan, no slolas coordenadas espacio-temporales, sino las coordenadas pragmticas de lacomunicacin, las cuales vienen dadas por el hablante, el oyente, el objeto/tema,

    la situacin, por las relaciones sociales y de autoridad relevantes, por lasintenciones... teniendo como centro del sistema dectico la categora personal yo.La relacin que establecen, en la actuacin lingstica, los elementos

    decticos con respecto a los elementos hacia los que sealan, es una relacin detipo referencial y se da, como hemos dicho, a partir de un YO, AQU y AHORAque nos hace advertir el carcter egocentrista que se da en la actuacin lingstica,y que es diferente con respecto a la subjetividaden tanto que esta expresa el tipode funcionamiento de otra clase de expresiones de la lengua que estn dominadaspor la modalidad, el modo, la intencionalidad... en tanto en cuanto injerencia del

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    YO en el enunciado.As, podemos considerar que, las coordenadas contextuales y los puntos

    de referencia, sumados a las presuposiciones de las expresiones lingsticas,pueden ser muy importantes para la pragmtica lingstica.

    Para ejemplificar este recurso con el texto que nos ocupa, voy areproducir el cuadro que, con respecto a los tipos de deixis aparece en la obra deAntonio Briz, director del grupo de investigacin Val. Es. Co. y catedrtico deLengua Espaola en el Departamento de Filologa de la Universidad de Valencia,

    que tiene por ttulo: Cmo se comenta un texto coloquial? Editorial: ArielPracticum, Barcelona, 2000, en la pgina 247,[39] porque me parece muyadecuado para poder ver, de un modo panormico, los tipos de deixis que sepueden dar en las diferentes situaciones pragmticas y que, de hecho, tambinquedan ilustradas en el texto que nos ocupa.

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    As, podemos hablar de los siguientes ejemplos, con respecto a las

    distintas tipologas decticas:Deixis de persona.En tanto que deixis personal habra que indicar que las

    unidades lingsticas que indican al emisor son:

    VOYa dar.... Se trata de un verbo irregular (ir) y, as, hay que apuntarque esta forma pertenece a la primera persona del singular del presente deindicativo que, en este caso, aparece introducida en una forma perifrsticaincoativa.

    llev-O morfema que indica primera persona del singular del presente deindicativo.

    Para sealar al receptor se utilizan los siguientes unidades decticas: losvocativos: nena, acho como: veng-A que es el morfema que se emplea ennuestra lengua para la tercera persona del singular del presente del subjuntivo, o,por ejemplo: llevar-SE en donde aparece el pronombre SEpara referirse a la

    segunda persona del plural (vosotros). Como he dicho con anterioridad, se trata deun uso vulgar de la lengua bastante frecuente en nuestra zona, as, es habitualque, sobre todo entre los hablantes que poseen un nfimo nivel cultural, se realiceese trueque entre el pronombre personal de tercera persona, singular o plural,(se) y el correspondiente a la segunda persona del plural (os). Quizs tal cambiovenga producido por la semejanza tanto homfona como homgrafa de aquel

    pronombre con respecto a los que se utilizan para referirnos a la segunda personadel singular (te), siendo esta la otra forma del modo imperativo[40].